Silvia Porro, propietaria del hotel EL Refugio,  contó a FM En Contacto como es convivir con esta situación: “Esta es una situación que la venimos padeciendo desde el momento en que abrimos el hotel. Esto se da sobre todo en las noches donde funciona el boliche bailable y las noches que no tenemos el problema del tránsito ruidoso y carreras de  motos sobre todo que no están reguladas en la ciudad. Una de las cuestiones es el alto volumen de la música lo otro es el estacionamiento que los asistentes eligen para dejar sus vehículos, en las entradas del hotel, en los pórticos de los vecinos en las boca calles interrumpiendo las salidas de servicio del hotel, se estacionan autos con parlantes con música fuerte, la ingesta de bebida es alta como también los envases que quedan tirados en el lugar”

MEDIDAS QUE FRACASARON 

En este sentido la empresaria hotelera gastronómica manifestó: “Hemos tomado varias medidas, en un principio hemos puestos postecitos para que no se estacionen en frente del hotel, medida que no fue del todo efectiva. Nos pidieron que pintemos los cordones de amarillo porque es un hotel y nadie debe interrumpir la entrada y la salida por ley nacional de tránsito, tampoco es respetada. No se está respetando los horarios de cierre, la permanencia y venta de bebidas alcohólicas entre otras cosas. Esto nos ocasiona a nosotros quejas de los huéspedes que se retiran de nuestro hotel por no poder descansar. Nosotros hicimos todos los reclamos que correspondían, fuimos a tránsito municipal, policía, juzgado de faltas provincial y local, fuimos a una sesión de concejo donde los vecinos planteamos esta situación y no tuvimos respuesta alguna. Hemos tratado de resolver esto de diversas maneras, ahora recurrimos a la parte legal, contratamos a una abogada la doctora Gabriela Morand para tratar de conseguir alguna respuesta de las autoridades. Tanto a mí como a los vecinos esta situación nos causa un daño económico, a mí por pagar una persona para que me cuide el frente y a los vecinos por arreglar el daño permanente a sus frentes. No estamos buscando que cierre el boliche, sino que cada uno haga lo suyo, el municipio ordenando el tránsito, el boliche bajando los decibeles de la música y la policía colaborando, creemos que se puede convivir si todos hacen su parte.”