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30 de diciembre de 2020

2020, UN AÑO DE DESAFÍOS

Nacionales - El 2020 será recordado como el año de los grandes cambios, que ha desafiado nuestra capacidad para adaptarnos a situaciones desconocidas y popularizó la palabra “resiliencia”. Un año en que debimos adaptarnos a una realidad que nos aisló hasta de nuestros seres queridos y demolió una economía que no se recupera, se agrava.

En el ámbito parlamentario, en el Senado tuvimos que trabajar a distancia, adaptándonos a las nuevas tecnologías, tanto en sesiones como en reuniones de comisión virtuales. Esta modalidad dejó un balance altamente positivo que nos posibilitó tener reuniones con expertos y con varios ministros, desde el equipo económico, producción, salud, ciencia y técnica, por citar uno de tantos ejemplos, algo que físicamente hubiera sido imposible con la metodología tradicional. Esto me permitió participar de debates en comisiones de las que ni siquiera soy integrante, pero que fueron de mucho impacto para nuestra provincia.

 

Este nuevo escenario permitió que en el primer año en el Senado llegara a presentar más de 370 iniciativas, entre proyectos de ley, de resolución, declaración y comunicación; tanto propios como compartidos con otros legisladores. Impulsamos normas en beneficio del campo y de las pymes chaqueñas, requerimos asistencia para nuestro sistema de salud, mas comunicaciones para los rincones del Chaco que aún continúan aislados y realizamos numerosos requerimientos al Gobierno Nacional sobre seguridad, salud, economía, educación y desarrollo social. 

 

Paralelamente inauguramos una oficina de gestión en Resistencia, con el objetivo de acercar mi banca en el Senado a la gente, que trabajó de manera coordinada con la oficina de Buenos Aires. De esta manera logramos realizar más de 9.000 gestiones desde marzo a diciembre, atendiendo de manera virtual consultas sobre distintos organismos nacionales, como PAMI, ANSES y otros; donamos insumos hospitalarios a 10 hospitales de punta a punta de nuestra provincia, para ayudarlos a afrontar la pandemia; impulsamos campañas de vacunación en distintos puntos del Area Metropolitana y trabajamos con las principales instituciones de la sociedad civil. Todo esto gracias al gran equipo que logramos conformar, tanto en las oficinas de Buenos Aires como en Resistencia, a quienes les estoy agradecido por el esfuerzo, dedicación y profesionalismo con que realizaron su trabajo. 

 

En el ámbito político, en el Senado logramos conformar un interbloque, integrado por legisladores de la UCR, el PRO y el peronismo federal, con el que oficiamos de freno para que el kirchnerismo no alcanzara los dos tercios que pondrían en peligro las instituciones de la República. No logramos evitar la sanción de normas que consideramos negativas como el recorte de recursos a la CABA o la modificación del cálculo jubilatorio, ni pudimos debatir los temas que la sociedad nos reclamaba, pero todos los intentos por avanzar sobre la Justicia encontraron un freno que esperamos consolidar en las elecciones legislativas del próximo año.

 

Sin embargo, las consecuencias de la pandemia fueron altamente negativas en distintas áreas, como la economía, el empleo, la educación y fundamentalmente la salud, con un registro de casos que nos ubicaron entre los países con más contagios y más muertes por millón de habitantes.

 

Con el pretexto de privilegiar la vida, se sometió a la economía, llevando a la actividad privada a una crisis sin precedentes y donde la asistencia del Estado no llegó como debería; con resultados sanitarios que no estuvieron en sintonía con los esfuerzos que el Pueblo argentino en general y chaqueño en particular, estaban realizando.

 

Todo esto producto de la imprevisión y la improvisación de las autoridades sanitarias, que muchas veces no supieron que responder a los requerimientos que le hicimos en las reuniones del Senado a las que asistieron; y un poder político comprometido con una agenda divorciada de las necesidades de la sociedad.

 

Una cuarentena eterna, con gobernadores e intendentes que, ante la inseguridad que transmitían las medidas y anuncios a nivel nacional, optaron por aplicar fronteras a sus jurisdicciones, complicando aún más las consecuencias del parate económico. La falta de un liderazgo claro del Presidente de la Nación, abonó el terreno para la incertidumbre y los intentos de algunos sectores políticos que pretendieron sacar provecho de esta situación, mientras los argentinos se empobrecían, enfermaban y morían. En definitiva, se sacrificó la economía pero no se salvó la salud.

 

En el Chaco por su parte, luego de grandes anuncios y ante la imposibilidad de contener la ola de contagios que nos convirtió en una mancha roja en el mapa, el Gobierno Provincial se subordinó plenamente a las decisiones de la Nación y abandonó toda iniciativa que permitiera paliar esta difícil situación. El propio Gobernador se justificó, como en otras ocasiones, culpando a sus funcionarios por su "falta de experiencia" y que "no estaban a la altura de las circunstancias"; sin impulsar cambios en el Gabinete y anunciando la creación de la Unidad Oficina del Gobernador, integrada por figuras supuestamente más experimentados, que tampoco supimos que funciones cumplió.

 

Con el espíritu de contribuir más allá de las diferencias, acudimos a la convocatoria que a mediados de año lanzara el gobernador Capitanich y conformamos la Mesa Chaco, integrada con los legisladores nacionales, con el objetivo de trabajar en conjunto las iniciativas legislativas que beneficien a nuestra provincia. Lamentablemente los resultados pudieron haber sido mejores ya que se limitó a unas pocas reuniones y sin el acompañamiento de los funcionarios del gabinete provincial. No obstante pudimos incorporar y votar en el presupuesto Nacional 2021 una importante cantidad de obras y programas para nuestra provincia.

 

La crisis económica y social, sumada a la sanitaria, vino a incrementar las falencias que ya teníamos y que muchas veces se logró disimular. Lograr el equilibrio presupuestario debe ser el principal objetivo de cualquier gestión, tanto nacional, provincial como municipal; y no parece estar en la agenda de la mayoría de ellos. No podemos seguir gastando más de lo que nos ingresa; ni debemos seguir incrementando la presión fiscal para que el sector privado cargue con el peso de la ineficiencia del Estado. Y no estoy hablando de dejar gente en la calle ni de reducir salarios del sector público.

 

El futuro nos presenta múltiples desafíos y como sociedad no podemos volver a deslumbrarnos con salidas fáciles ni resultados rápidos, eso nos llevó al fracaso en el pasado. Sin embargo, hay sectores que no pueden esperar y demandan respuestas, tanto sociales como económicas, y para ellos debemos trabajar todos juntos. 

 

Poner en marcha la economía y retomar la senda del crecimiento debe convocarnos a todos, independientemente de los colores políticos. ¡Este es el desafío! Espero que en el año electoral que se inicia podamos debatir las ideas que nos permitan transitar esta senda y no caigamos en las descalificaciones que solo entusiasman a las tribunas que siempre celebran los excesos, acentuando las grietas.

 

Por mi parte voy a trabajar en este sentido. Sé del potencial de los argentinos y los chaqueños, confío en sus posibilidades y estoy convencido que sabremos aprovechar la oportunidad que se nos presenta por delante.

 

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