Daniel, uno de los choferes que trabaja asiduamente en el servicio de derivaciones, expreso: “nosotros actualmente contamos con dos ambulancias, que nos han entregado el año pasado. Tenemos el caso de una, de la mas viejita, que estuvo trabajando casis 7 meses sola, porque una se nos había roto y el Ministerio demoro ese tiempo en arreglarlo, algo que con un poco de buena voluntad se podría haber solucionado en 15 días”, expreso el chofer, quien deja en claro que la cantidad de viajes que realizo ese solo móvil, los kilómetros que recorrió haya hecho que llegara a su punto límite, ya que son vehículos, fierros y se gastan.

“Por día, ahora que tenemos dos ambulancias propias y una que nos presto el Ministerio de Resistencia, llegamos a tener un promedio de 6 a 7 derivaciones por día. De lo que tres son a resistencia seguro, y tres a Sáenz Peña, un promedio de cinco mil kilómetros que le estamos haciendo en total con todos los móviles, y esto hace que se desgaste el vehículo, y hemos llegado a un punto en el que perdes la confiabilidad y la seguridad de saber que salís y vas a llegar. Se ha dado el caso puntual conmigo, de que yo salí con un paciente bastante crítico y llegue con lo justo a Sáenz Peña, pude bajar la paciente y ahí se me rompió y no la pude hacer arrancar más. O sea no mentimos, cuando decimos que son vehículos que han llegado a su punto límite”, expreso el chofer de la ambulancia, que es otra de las grandes falencias que hay en el centro asistencial y que hoy se agrava aun mas con esta pandemia del COVID.